Un rey muy triste tenía como empleado a Kefir, que siempre andaba feliz. Su actitud hacia la vida era serena y alegre.
Un día el rey lo mandó llamar y le preguntó:
- —¿Cuál es el secreto?
- —¿Qué secreto, Majestad?
- —¿Cuál es el secreto de tu alegría?
- —No hay ningún secreto, Alteza.
- —No me mientas. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
- —Majestad, no tengo razones para estar triste. Tengo trabajo, casa, mi esposa e hijos sanos, tenemos ropa y alimentos, y usted me da unas monedas con las que puedo darme ciertos gustos. ¿Cómo no podría estar feliz?
El rey se fue a hablar con su asesor más sabio y él le dijo que si quería que Kefir se volviera una persona triste y amargada, que le preparara una bolsa con 99 monedas de oro y que en la noche él se las iría a dejar a su casa.
El sabio guardó en la bolsa un papel que decía: “Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no le cuentes a nadie cómo lo encontraste”.
En la mañana cuando Kefir encontró la bolsa con monedas de oro, sus ojos no podían creer lo que veían: Kefir las tocaba, las amontonaba, limpiaba y las contemplaba. Y empezó a hacer pilas de diez monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres, cuatro, cinco pilas de diez… hasta que formó la última pila y se dio cuenta que solo tenía ¡9 monedas!
- “No puede ser”, pensó.
- “Me robaron” —gritó.
La buscó por todas partes y pensaba: “100 es un número completo, pero 99 no”.
Empezó a hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar para comprar la moneda #100?
Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla; después, quizás no necesitaría trabajar más. Con cien monedas de oro un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas de oro se puede vivir tranquilo. Si trabajaba y ahorraba, en once o doce años juntaría lo necesario.
Y así comenzó a vivir sus días. Enfocado en cómo poder hacer para conseguir la moneda #100. Y un día el rey lo despidió porque no era agradable que pasara de mal humor todo el tiempo.
Decía John Lennon, “La vida es lo que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”
A veces pensamos que nos falta algo para estar completos y hasta que lo tengamos entonces vamos a ser feliz.
¿Y si 99 es un número completo? ¿Por qué tenemos que pensar que 100 lo es pero 74 o 99 no?
¿Qué tal si HOY así como estás, comenzás a creer que YA ESTÁS COMPLETA? Que no te falta nada para SER COMPLETA. Y si tu mente te sigue diciendo que te falta algo, le podrías decir: “AÚN ASÍ, SERÉ FELIZ”
Y si a alguien le falta una pierna, ¿Quién te ha dicho que si no la tenés entonces no estás completa? Si hoy estás como sea que estés, ES PORQUE ASÍ TENÉS QUE ESTAR. – Y confiar en esto, es realmente hermoso!
La vida no se trata de completar lo que te hace falta y de estar completamente satisfecha con todas las áreas de tu vida. La vida se trata de aprender a ser feliz y disfrutar de lo que tenemos AHORA.
¿Qué te parece? – Sentite libre de expresarte en el WhatsApp. La mayoría no nos conocemos. Solo somos personas COMPLETAS que estamos aprendiendo a ser feliz con lo que tenemos AHORA 🙂
BIENVENIDO/A a este gimnasio de la mente y el corazón que en el abril 2025 se trata de practicar VIVIR PRESENTES.
7.5 técncias para que la mente aprenda a que no tiene que buscar el numero entero. Que está bien si solo es un pedacito y que no seré feliz solo si está el número exacto o eso que según yo quiero para ser feliz.
Te quiero mucho y me alegro mucho que estemos haciendo estos ejercicios juntos. Hablaré en femenino porque la mayoría somos mujeres. Ale, Iván y Víctor BIENVENIDOS!
P.S: El diccionario define COMPLETO como LLENO. – No como que tiene todo lo necesario y lo que quiere para vivir. Por eso a veces tenemos atracones con la comida, porque queremos sentirnos LLENAS. – Completas. Pero este es otro tema 🙂
.
🙂